viernes, 13 de mayo de 2011

Volvemos a la rutina

La verdad es que las vacaciones de Semana Santa se han pasado volando, tanto que ya estamos en exámenes!!! La sensación general es de bastante estrés y agobio, y eso es lo que comentamos la mayoría cuando volvimos a clase. A pesar de haber dencansado y disfrutado de las vacaciones, no logramos desconectar porque había demasiados trabajos y cosas pendientes y muy poco tiempo. Pero bueno, sólo nos quedan 4 exámenes y por fin podremos disfrutar del verano. La verdad es que parece mentira que estemos poniendo fin a nuestro segundo año de carrera.

El primer día después de las vacaciones, a parte de comentar lo que acabo de mencionar en el primer párrafo, también hablamos de las personas que viven en la calle, un tema con el que mi grupo y yo estamos ya algo familiarizados gracias al encuentreo que tuvimos con las coordinadora del equipo de calle de Bilbao. Hablamos de un caso en particular, un hombre que había pasado 15 años viviendo en la calle. Como ya hemos aprendido, a veces aunque las personas tengan trabajo y una vida estable en la que jamás imaginarían sufrir un revés de ese tipo, pueden darse una serie de circunstancias que hagan que nos veamos en la calle, y debemos tener en cuenta que ninguno somos inmunes, que es algo que nos puede ocurrir a todos. Este hombre, Miguel Fuster, comentaba que una de las cosas más dolorosas que ha sufrido viviendo en la calle es la sensación de invisibilidad, que la gente te ignore, que ni te miren, que actúen como si no estuvieras allí, él comentaba que esto es más doloroso que el hecho de que alguien rechace darte alguna limosna, puesto que cuando vives en la calle y lo pierdes absolutamente todo, lo unico que conservas es el reconocimiento y si la gente no te lo concede, entonces te quedas sin nada.

Hablamos entre todos, que muchas veces, eso es lo que hacemos, giramos la cara cuando alguien se acerca a pedirnos dinero o a vendernos algo, actúamos como si no estuvieran, en parte porque no queremos ver esa parte de la realidad, que no es tan idílica, esa parte dura y cruel de la que no queremos ser partícipes, y en cierto modo nos protegemos, sin embargo no cuesta nada decir un "no gracias", que realmente no nos compromete a nada, y de esta manera estamos tratando al menos al otro como lo que es, como una persona, reconociendola, y respetándola a pesar de su situación.

1 comentario:

  1. Hola Elena,

    Decía el sociólogo francés Dumacedier que tenemos tres partes en el día: 8 horas para trabajar, 8 horas para dormir y 8 horas de tiempo libre.

    En vacaciones esto se altera, se duerme más o menos, se cambia de actividad, lo cual, puede hacer descansar el intelecto y hay una gran dosis de diversión.

    Así puesto, las vacaciones deberían cumplir las tres reglas de toda vacación (las tres "d"): descanso físico y mental, diversión, donde se pueda poner en funcionamiento las habilidades sociales de relación y atención a la gente y desarrollo que posibilite el aprendizaje con experiencias intensas prácticas y lectura que nos lleve a mundos desconocidos.

    Bueno, ¿te parece que cumples con las tres "d"?

    Saludos

    Iñaki

    ResponderEliminar