martes, 22 de marzo de 2011

La Observación

Hola a tod@s, aquí estoy de vuelta para actualizar de nuevo (ya era hora) y comentar aquello que hicimos en la tercera semana. Menos mal que tengo todo bien apuntado porque la tercera semana ya queda muyyyy lejos...

Comenzamos la semana con un curioso ejercicio en el cual nuestros compañeros de grupo debían identificarnos con un determinado animal. Os informo que depende de la situación soy, o bien una tigresa, o un camaleón. Y he de deciros que a mi me dio que pensar, aparentemente no es más que una actividad para dinamizar un poco el inicio de la clase, sin embargo creo que nuestros compañeros nos lanzaron un mensaje que quizá de otra manera jamás lo habrían hecho, puesto que debían observarnos, fijarse en nuestras cualidades, nuestros atributos y buscar un animal que nos representara, es decir, nos efrecieron su visión sobre nosotros.

El viernes realizamos otra actividad muy interesante que consistía en ir dando paseos por la clase, primero de manera relajada, despacio; después un poco más apresurados, imitando nuestro ritmo de vida; en el siguiente debíamos pararnos con los compañeros que nos cruzábamos y mirarnos durante unos segundos a los ojos sin decir nada y por último repetir el primer paseo. Esta actividad estaba centrada en observar, observar a nuestros compañeros a nosotros mismo, las reacciones, las emociones que habíamos sentido... en mi opinión resultó ser algo incomodo, sobre todo el tercer paseo. Resulta dífícil mirar a las personas a los ojos sin decirse nada, únicamente contemplándose y más aún si no existe una relación de confianza. Además a mí me resultó coplicado fijarme en los demás, era demasiado consciente de mi misma, de lo que estaba haciendo, pues no era una situación natural, sino que era algo que debíamos hacer (al principio sin saber muy bien porqué) y esa incertidumbre me impidió relajarme completamente o pararme a observar a los demás.

En la siguiente hora un grupo de clase realizó una presentación sobre los elementos necesarios para llevar a cabo una actividad. Estos elementos son la capacitación, los medios y la motivación. Como ya hemos hablado en otras asignaturas la motivación es básica a la hora de iniciarnos en cualquier actividad y sobre todo de cara a continuar realizándola. Es aquello que nos empuja, nos anima y nos mantiene; pero es necesario que esta motivación nazca de nosotros mismos, es decir, que sea intrínseca. Es obvio que también resultan imprescindibles los otros dos elementos, como bien nos demostraron nuestros compañeros con la actividad en la que debíamos completar un "puzzle" con diferentes piezas sobre deseos de las peronas y condiciones que permitían o no que se realizaran; pero en mi opinión la motivación es la base y puede hacer que consigamos los medios y que ampiemos nuestras capacidades, lo que está claro es que sin motivación, aunque contemos con los otros dos componentes, la actividad que realicemos no tendra el mismo significado, ni valor que si verdaderamente desearamos hacerla.

Un saludo y hasta pronto,
Elena

1 comentario:

  1. Hola Elena,

    ¿Podemos construir confianza con la mirada? A través de la mirada reconocemos a la otra persona y esta se siente reconocida.

    Saludos

    Iñaki

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